viernes, septiembre 30

Revelación del Padre


El Padre es revelado plena y definitivamente por Jesucristo; de esto da cuenta el Nuevo Testamento. Se muestra una relación especial que es manifestada por Jesús en una relación íntima que llega a llamar a Dios Padre como ABBÁ, término que expresa una relación íntima y profunda.
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miércoles, septiembre 14

Las Cartas del Nuevo Testamento


Los Apóstoles y sus primeros sucesores se dirigen a las primeras comunidades cristianas tratando los temas más diversos: morales, prácticos, sociales, sacramentales, teológicos, pastorales, etc.
Es un hecho que los testimonios más primitivos, incluso anteriores a los evangelios, que poseemos del Nuevo Testamento, son las cartas y específicamente las atribuidas a Pablo.
¿Qué motivó a los primeros cristianos a relacionarse por medio de Cartas? ¿En qué consisten? ¿Qué temas tratan? Estas y otras cuestiones las trataremos con cierta profundidad en el siguiente documento pensando en la profundización posterior en el análisis de cada una de las cartas del Nuevo Testamento.

La persona de Jesucristo


La persona de Jesucristo ha sido siempre un tema que ha movido la reflexión no sólo cristiana sino de muchas personas. ¿Cómo era su aspecto físico? ¿Cómo pensaba? ¿Con quien se relacionaba? ¿Qué le decía a sus discípulos más cercanos? Éstas y otras preguntas no siempre han sido respondido de manera adecuada y asertiva.
En general se trata de una personalidad más bien directa, muchas veces desconcertante. El estilo de Jesús no siempre es comprendido por sus contemporáneos; las causas que motivaron tanto a seguirlo como a condenarlo a muerte tienen diversa interpretación.
Su mensaje es concreto, "la salvación ha llegado", "se ha hecho realidad "HOY" en medio de ustedes"; Jesús invita a seguirlo a él, no a una idea.
La catequesis acerca de Cristo de la primera comunidad lo presenta como el verdadero Mesías, como el Único Hijo de Dios, encarnado.
Todo esto encierra una paradoja tal, que nos lleva a una reflexión profunda que será complementada con la contemplación profunda de su Misterio.
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viernes, septiembre 9

Prefiguraciones Trinitarias en el Antiguo Testamento


Dios se ha revelado progresivamente: de muchas maneras y formas lo hizo desde antiguo hasta nuestros días. Por medio de imágenes y figuras, signos, palabras, acciones etc., se ha ido paulatinamente revelando; primero los patriarcas de Israel, luego un pueblo que sale de la esclavitud, se instalan en una región que tienen que conquistar y son invadidos por pueblos extranjeros; todos estos acontecimientos irán moldeando poco a poco la imagen que tienen de Dios y dará la fisonomía funtadental de su fe.
En el Antiguo Testamento vemos como está anunciada la Trinidad implícitamente.
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martes, septiembre 6

Jesucristo Objeto de la fe Cristiana


Nuestra fe tiene una raíz profunda y central: Jesucristo. La fe tiene diversas características; éstas están en referencia a la experiencia humana y religiosa del hombre. La fe Cristiana, en sí, dice relación con "la Revelación como inciativa de acercarse al hombre por parte de Dios".
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lunes, septiembre 5

Dei Verbum Versión Popular


La comisión Bíblica de la conferencia episcopal argentina a propósito del mes de la Biblia y de cumplirse 30 años de la publicación de la COnstitución Dei Verbum, publicó un domuento llamado "Dios Habla como Amigo: Dei Verbum, la revelación divina, Versión Popular.
Este documento está disponible en internet para el acceso público.
POr medio de un lenguaje sencillo y práctico se van desarrollando los principales temas del documento conciliar, como revelación, contenido de la Biblia, inspiración, etc. Además al final de documento se puede encontrar una guía práctica para el desarrollo de los temas en grupos pastorales.

viernes, septiembre 2

Conocer a Dios


El ser humano, creado a imagen y semejaza de Dios puede conocerlo por medio de figuras o analogías. Hay que tener en cuenta que ellas serán simpre un acercamiento sólo asintótico a la realidad de Dios.
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Reforma del Concilio y aportes a la liturgia


El concilio Vaticano II, reformó adecuadamente la liturgia manteniendo la fidelidad a la tradición de la Iglesia y adaptándose a las necesidades de los hombres de su tiempo. Aportó reales cambios de sentido y apreciasión acerca de la Lirturgia como la participación de los fieles y la supresión de los ritos anacrónicos.
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Concilio Vaticano II y Constitución Dogmática sobre la Liturgia


Después de muchos siglos de estancamiento y de rubricismo, surgen a partir del movimiento litúrgico y los diferentes movimientos laicales aires de renovación.
El 25 de enero de 1959, Juan XXIII, en la Basílica de San Pablo extra – muros, anuncia la intención de convocar un concilio ecuménico. Finalmente el concilio fue convocado el 21 de diciembre de 1961.
Se determinaron los temas a tratar consultando el Colegio Cardenalicio, el episcopado, los dicasterios, los superiores de congregaciones y órdenes religiosas, la universidades católicas, las facultades de teología y eclesiásticas. Durante un año se llevaron a cabo la recepción de los temas. Se crearon así las diferentes comisiones de trabajo.
En 1962 el 11 de octubre se llegó al inicio del concilio con 70 esquemas de trabajo. El concilio se celebró entre 1962 y 1965, participando alrededor de 2500 obispos, además de 1000 peritos, auditores, teólogos, observadores, colaboradores. Unas 3500 personas en total.
El concilio elabora y aprueba en total 16 documentos: 4 constituciones, 9 decretos y 3 declaraciones.
El fin mayor del concilio es la actualización eclesial, es decir, la puesta al día de aquellos elementos variables y mutables que constituyen la iglesia.
La constitución Sacrosanctum Concilium fue el primer documento en aprobarse; nunca antes la liturgia había sido tratada tan ampliamente en algún documento eclesial.
Este documento pone de manifiesto la naturaleza auténtica de la sagrada liturgia y de su importancia vital para la Iglesia; en definitiva lo que se buscaba era una reforma global para la iglesia y no solo partes de la celebración o la pastoral litúrgica.
Esta constitución se aprueba finalmente el 4 de diciembre de 1963 con 2158 votos a favor y 4 en contra.
Esta constitución se sitúa definitivamente en un plano teológico. La constitución más que apuntar a los ritos, rúbricas, formas, etc., se dedica a ahondar en la liturgia como transmisión de los contenidos de la fe. Ubica a la liturgia en contexto de la revelación como “historia de la salvación”: la obra de la salvación continuada por la Iglesia se realiza en la liturgia (SC 6). Es decir, la liturgia se presenta como verdadera Tradición, como transmisión del Misterio Salvífico de Cristo a través de un rito o modo siempre nuevo y siempre adaptado a la sucesión de los tiempos y a la variación de los lugares. La tradiciones litúrgicas son adaptación de la única Tradición. Si la Iglesia tiene como misión conducir a los hombres de todos los tiempos a la salvación, ello implica la capacidad de la misma Iglesia de acoger y adaptarse a los cambios de la historia.
En pocas palabras es la superación de una dimensión estático – jurídica por una dimensión dinámico – teológica: acción del mismo Cristo en su Cuerpo que es la Iglesia (SC 7): Cristo es el agente principal en el rito y con el rito.